viernes, 29 de marzo de 2013

SE ACERCAN LAS ESPERAS...



No me considero un experto esperista, ni lo pretendo, ya que como dice mi padre, en la caza no se termina de aprender nunca y todo buen consejo nunca viene mal.
Me voy a tomar la libertad de relataros algunos consejos para que más o menos principiantes tomen buena nota de lo que nos van enseñando los más veteranos.




Lo primero que tiene que hacer un esperista o cualquier cazador que vaya a realizar una modalidad de caza es preparar sus artes en función de lo que vayamos a cazar. En esta ocasión repasaremos bién nuestro zurrón.

En primer lugar echaremos un vistazo a toda nuestra documentación, permiso de armas, licencia de caza, según la comunidad en la que cazemos, seguro en vigor y por supuesto nuestro permiso de aguardos del coto donde realicemos la espera; todo esto tiene que estar en regla si no queremos sorpresas a la hora de que sean requeridos por las autoridades.

Básicamente, el equipo de un buen esperista estará compuesto por el arma, al poder ser un rifle, mejor, aunque son muchas las esperas que se han realizado con escopeta, pero por efectividad lo aconsejo.
El calibre que aconsejo es cuanto mas grueso y lento mejor, aunque cualquier calibre que utilizamos en nuestras monterías cumplirá perfectamente siempre que coloquemos el tiro. Estos pueden ser desde el 308, 270, 280, 30-06, 7mm, 300wm, 9,3x62, etc. no aconsejando por debajo de estos, y  hay quien los usa más potentes por aquello de evitar un posible pisteo.

Es conveniente  que el rifle lo tengamos equipado con un buen visor, de buena calidad, ya que en esta modalidad es cuando las ópticas buenas marcan la diferencia, y no debemos escatimar un euro a la hora de elegir una buena lente que sea muy luminosa o de poco nos servirá; nuestro visor de montería puede cumplir siempre que haya algo de luminosidad, pero las campanas más grandes son las más adecuadas y pocos aumentos, siendo el rey los 3-12 x 56 y similares.

Un elemento imprescindible en nuestro morral son unos buenos prismáticos, con las mismas reglas que aplicamos al visor, que sean muy luminosos y de calidad; yo empleo unos Minox 8,5 x 52 y cumplen de maravilla teniendo unas prestaciones cercanas a las ópticas de primeras marcas como Zeiss, Swarosky, con una inversión menor.

Otros elementos que no pueden faltar son, un puñado de balas, con 5 ó 6 siempre será suficiente, pero no sé porqué siempre llevo una caja en el morral por si acaso. La elección de la munición debemos realizarla de distinta forma que en nuestras monterías, optando por más grains, ya que los tiros suelen ser a cortas distancias (unos 50/80 metros) y desprenderán antes su energía obteniendo mayor efecto de parada, evitando el pisteo posterior.
Un ejemplo podría ser 180/200 grains para un 30-06 que suele cumplir bastante bien; a pesar de haber muchos cazadores que no les gusta, a mí me cumple muy bien, siempre que el tiro esté bien colocado.
He visto muchos cochinos pinchados en esperas por calibres Magnum que cuelan la caza sin llegar a pararla.

Tampoco nos pueden faltar pequeños detalles como una cuerda, para el posterior arrastre; una pequeña linterna para desplazarnos al apostadero o búsqueda del animal, ahora están de moda las de la cabeza; un pequeño cuchillo o navaja; la silla, que nos permitirá estar cómodos durante la espera; y yo suelo utilizar también en muchas ocasiones mi vara de tiro, por aquello de colocar bien el tiro.

Un buen aliado será un repelente de mosquitos, para aquellas noches de verano más calurosas y al contrario una prenda de abrigo para las más frías; a mí me suele acompañar una vieja manta, que me gusta por lo silenciosa que es; el paso del día a la noche puede conllevar diferencias de 20 grados.

Luego están los truquillos de cada uno, en especial para comprobar la dirección del aire, los fumadores suelen observar la dirección del humo, otros utilizan desde una pluma anudada al arma, hasta polvos de talco para que dejándolos caer, comprobar los revocos, o simplemente observar la vegetación que nos rodea con sus movimientos; todo esto nos ayudará a tener más éxito.

He dejado para lo último, el tema de la iluminación, ya que dependiendo de la comunidad autónoma en la que cazemos, hay diferentes normatívas, en Andalucía, salvo raras excepciones, no se pueden utilizar fuentes luminosas para cazar; en cambio en comunidades como Castilla la Mancha, se nos obliga a utilizarlas para una mayor seguridad a la hora de realizar el disparo; la vida está llena de inconcluencias que nunca llegaremos a entender, y menos los que cazamos en distintas comunidades.

En el caso de poder utilizar la luz, optaría por pequeñas pero a su vez potentes linternas de baterías recargables, que están muy extendidas por el mercado, con interruptor a distancia, que concentren la luz, pudiendo utilizar filtros de diversos colores para que pasen más desapercibidos para la fauna. Permitiéndonos realizar disparos con certeza en total oscuridad.

Una vez finalizado el repaso a nuestro morral, sólo nos queda tener un buen lugar donde realizar la espera, normalmente visitado con anterioridad, y comprobados los daños que estén realizando los jabalíes en la zona elegida; ya que el permiso de aguardos es para controlar las poblaciones que dañan nuestros campos y cultivos, normalmente cereal, que se utiliza para su posterior recolección.

Sólo me queda desearos suerte en vuestras aventuras cinegéticas y que cobréis un buen macareno como los de las imagenes que os dejo; durante el tiempo de las esperas, es un buen momento para controlar las poblaciones de depredadores como el zorro, acompañados de nuestro correspondiente permiso.









miércoles, 6 de marzo de 2013

NO ES LO MISMO...

Mi padre y un macareno cazado en la Sierra de las Villas.

Una vez colgados los trastos y ya finalizada la temporada de caza mayor, me parecía interesante hacer esta reflexión después de que la gota haya colmado el vaso, en lo que a lo cinegético se refiere.

No seréis pocos los que estaréis al tanto de la noticia sobre el resultado en una finca, en la cual se cobraron más de 700 jabalíes durante dos jornadas de caza durante un fin de semana.

Han sido varias las organizaciones, entre ellas el Real Club de Monteros, que se han pronunciado sobre estos resultados estratosféricos, mostrando su desacuerdo y malestar.
Creo que todos coincidiremos en que esto puede llamarse como quieran pero no "montería española".

Tenemos que defender la nobleza de la caza y sus valores, no callendo en el error de que los números primen a la esencia de un lance en estado puro.
Esta claro que estas cacerías, o no sé como denominarlas, son mero mercantilismo, existen porque hay una minoría de cazadores, que condicionados por su posición económica, las demandan. Arrastrados por los círculos en los que se mueven, compiten en un túnel sin fin por su "medallitis" particular.

De esta guisa, entraríamos en la tan debatida polémica sobre los cercones, pero esto lo dejaré para la libre opinión de cada cazador y su ética personal.
Quiero defender y defiendo a los organizadores y orgánicas que apuestan por esta línea de trabajo, ya que simplemente lo que hacen es rentabilizar al máximo sus negocios, que en definitiva son para eso.

Tristemente contemplamos como la caza salvaje, en lo que a la montería se refiere, va quedando en segundo plano, aplastada por los resultados de estos eventos. No nos sorprendamos cuando grupos ecologistas y demás anticaza, nos ponen de vuelta y media, tachándonos de asesinos, ya que además estas monterías son las que más se divulgan en los medios periodísticos cinegéticos y audiovisuales, que lástima.

Repito, debemos y tenemos la obligación de defender esos valores heredados de nuestros ancestros y que no desaparezcan.
También quiero espresar mi malestar con cierta prensa cinegética, que en vez de exaltar estos valores, han caído en las redes del populismo, dejándose llevar por estos resultados sensacionalistas, publicando sólo lo incoherente; datos como 307 jabalíes abatidos y 114 bocas, entre unos pocos puestos, nos va ha parecer hasta normal, a donde vamos a llegar, lo respeto pero no lo comparto.

La solución creo que es bien fácil, está en manos de las Federaciones y las Juntas de Homologación, creando dos líneas de homologación, por que "NO ES LO MISMO". Una homologación para los animales cobrados en fincas abiertas  y otra para los capturados en cercones o soltados de granjas cinegéticas. Se terminaría con esta desventaja de comparar dos tipos de trofeos obtenidos de formas muy distintas, y que cada cual elija su camino, independientemente de su posición económica.

Tiro el guante y que cada cual lo recoja según su conciencia entienda, si es ético o no.







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