domingo, 8 de diciembre de 2013

MONTERÍA CASA MOLINA

 Continuábamos el maratón cinegético el sábado 7 de diciembre, con una gran cita montera en tierras albaceteñas. Cercana a la localidad de Masegoso se encuentra la finca Casa Molina que íbamos a montear por administración.

Madrugón para la mayoría, desplazados de muchos rincones de nuestra geografía, pero todos con una misma ilusión y pasión, la caza, y en concreto, la montería, única en el mundo.


La mañana era muy, muy fría, pero hacíamos un esfuerzo en superarlo, alrededor de una gran hoguera que se creó para el evento, obra de nuestro amigo y guarda de la finca Julio.

Gran madrugón también para las personas que se encargan de darnos de comer, estando siempre al pié del cañón y normalmente nunca mencionados; en este caso nos ofrecieron unas suculentas migas, con todo lo que acompaña, después de un caliente café, que nos hacía entrar un poco en calor.


 Una vez que acudieron todos los monteros, habiendo habido algunos despistados por tan sinuoso viaje, se dispuso al sorteo de los 26 puestos, para cubrir las 800has de esta extensa finca.

Las cuatro armadas se comenzaron a distribuir por el interior de la finca, para que las rehalas fueran haciendo lo mismo posteriormente, tomando sus posiciones para la suelta.



En esta ocasión me acompañaba mi hija, que es una apasionada del campo y la caza.
La suerte hizo que nos correspondiese el puesto nº 2 de la armada de el romeral, con preciosas vistas desde el mismo, con dos cañadas, una al frente, otra a la derecha y un gran testero a la izquierda. Los rayos del sol comenzaron a calentarnos y empezamos a despojarnos de nuestros abrigos, para estar más cómodos en caso de tener que disparar.

A lo lejos se comenzaron a escuchar las primeras detonaciones, antes de abrir los remolques de las rehalas, buena señal, como se suele decir.

No tardaron en aparecer las primeras reses, en este caso muflones, un buen grupo de hembras y dos machos muy buenos, posibles metales, pero la lástima es que no estaban en el menú, muy a mi pesar, los hubiera cambiado por los dos venados que tenía de cupo.


Seguidamente y una vez que los perros invadieron la mancha, aparecieron dos cochinos, cruzando la cañada que avistaba en el frente del puesto, haciendo varios disparos sobre ellos, pareciéndome haber alcanzado a alguno de ellos; el lance era muy lejos y aún disparando un metro por delante de la jeta de los marranos, los tiros parecían quedar traseros.
Mi hija pudo hacer una fotografía donde se aprecia el cochino y la polvareda del disparo por detrás.


Finalmente mis dudas se despejaron, y los perros agarraron al cochino, después de una corta carrera, comprobando que lo había alcanzado.

Un bonito lance también fue, cuando mi compañero de puesto remataba un venado pinchado de un puesto contiguo a la rehala del Jaro, que me gritaba que no lo tirase por la proximidad de los perros.


 Con la montería casi finalizada, comenzaron a entrarme algunos grupos de ciervas, con algún venadete pequeño, pero de escasa porte, que no me pareció del nivel que posee la finca.

Terminé cobrando tres ciervas de cuatro que tiré, estrenando por fin mi nuevo rifle recamarado en el 338w.m. comprobando lo bien que mata. Muy satisfecho me quedé, pero no tuve suerte con los venados grandes y habrá que hacer uso de la garantía de la propiedad para abatir mi venado garantizado.

Nos dispusimos a recoger los artes y apresurarnos a la junta de carnes para ver la suerte que habían tenido otros monteros.

Efectivamente lo que imaginaba, todos no habían tenido tan mala suerte y habían cobrado bonitos venados.

Os dejo con las numerosas fotografías que realizé a algunos de los afortunados.

Vicente con su cupo, y un tercero que tuvo que rematar que venía pinchado de otro puesto.






Jacobo incansable con su pickup.

El navajero de Antonio.

Luchaderas larguísimas.

Precioso venado.

José también triunfó.

Antonio se divirtió de lo lindo, 4 cochinos, 1 venado y varias ciervas.

Mi hija no para.

Uno de los mejores.

Bonito venado el de Velez.

Pedro hizo el cupo.
Parte del plantel que se agrandó casi de noche.

La junta de carnes arrojó unos buenos números, cobrándose 35v. 12j. y unas 60c. y puede que después aparezca alguna res más que quedó pinchada en el monte, en fin algo más de un centenar de reses para 26 puestos. Alguien dijo haber contabilizado sobre unos 300 disparos.
Sólo me queda felicitar a la propiedad y todos los que la han ayudado como son Julio y José Ramón, y rehaleros, secretários, postores, muleros, comida, etc. Un sin fin de piezas que forman el puzzle de la montería.
Y en especial a los monteros afortunados y a los que no lo hemos sido, siempre nos queda saber que algún día cobraremos ese venado a rececho de Casa Molina.

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